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Artículos originales

Antonio Gómez Valdés
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Manuel Licea Puig, Antonio Márquez Guillén, Sergio Amaro Méndez
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Alteraciones clínicas, humorales y electrocardiográficas del potasio en hemodiálisis cortaSe estudiaron 25 pacientes a quienes se instituyó régimen de hemodiálisis corta, con el objetivo de analizar las alteraciones que experimenta el potasio en estos pacientes, antes y después de la hemodiálisis, en los aspectos clínico, humoral y electrocardio- gráfico. La hemodiálisis corta, entre todos los beneficios que indudablemente reporta, es capaz de permitir el manejo adecuado de las cifras séricas de potasio, y lograr que los pacientes tengan niveles de potasio prediál¡sis dentro de límites aceptables, aun en condiciones de un régimen dietético libre en cuanto a la ingestión de proteínas y sin la utilización de resinas de intercambio catiónico. Las manifestaciones clínicas de hiper- potasemia no se presentaron en ninguno de los pacientes, hecho éste que parece confirmar que para producirlas, son necesarias cifras superiores a las alcanzadas por nuestros pacientes. No se demostró buena correlación entre las cifras séricas de potasio y las alteraciones electrocardiográficas. Solamente un paciente presentó cifras de potasio inferiores a 3 mEq/l a la terminación de la hemodiálisis, y ninguno, alteraciones electrocardiográficas de hipopotasemia posdiálisis. Entre las alteraciones electrocardiográficas las más precozmente detectadas fueron ondas “T” altas y puntiagudas, más frecuentemente en la derivación V5 que en la D2. El tiempo de diálisis fue suficiente para normalizar las cifras séricas de potasio.
Oscar Fernández Flores, Cervando Agramonte Pereira
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Efectos del control de la presión arterial en hipertensos esencialesSe estudiaron 35 pacientes hipertensos esenciales de la consulta externa del Instituto de Nefrología y 10 sujetos normotensos en condiciones basales (dieta normosódica, actividad física y laboral habituales y suspensión de cualquier medicamento hipotensor o diurético, por lo menos 15 días antes). Como estudios especiales se les calculó la creatinina endógena, sodio/potasio en plasma y en orina de 24 horas, sodio/potasio en plasma y en orina de 24 horas, flujo plasmático renal y renograma hidratado semicuantitativo. A 25 pacientes se les administraron 3 tipos diferentes de medicamentos (clonidina, clonidina más diurotiazida y alfametil-topa) planificado en forma de doble ciegas para el paciente y el investigador observador. Después de 7 días de tratamiento se realizó el mismo patrón de estudio hecho en condiciones basales y se concluyó que puede destacarse la similitud de valores promedios encontrados entre los grupos de normotensos e hipertensos con excepción del sodio en orina de 24 horas que fue muy superior en el de hipertensos-:'. que en los 25 pacientes tratados se consiguió control de las cifras tensionales con reducción de la TAM entre 12 y 17 mm de Hg en clinostatismo y de 14 a 20 mm de Hg en ortostatismo. El mejor resultado encontrado fue con la asociación de clonidina y diurotiazida; que la tolerancia a los tres medicamentos fue buena: pero el poco tiempo de observación no permite predecir sus beneficios a largo plazo; que las fluctuaciones del sodio urinario y plasmático fueron muy pequeñas y se observó aumento en la natriuresis con la diurotiazida, y reducción de ésta con el alfametil-dopa; y por último, que los pacientes hipertensos esenciales con natriuresis inferior a 100 mEq/día presentaron cifras promedios de TAM más elevadas que los pacientes con natriuresis normal o elevada.
Jorge P. Alfonzo Guerra, Jorge Toribio Suarez, Iván Suárez Almeida, Reynaldo Mañalich Comas, Nilo Romero Chacón
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Manejo del sodio en pacientes hipertensos. Su repercusión en las cifras tensionales y en la función renalSe estudiaron 35 pacientes hipertensos de grados variables de intensidad, procedentes de la consulta externa de hipertensión del Instituto de Nefrología, portadores de hipertensión arterial esencial (HTAE) sin insuficiencia renal ni cardíaca, con edad promedio entre 20 y 51 años; y 10 sujetos normotensos. La selección de casos fue opinática. A los pacientes hipertensos y a los sujetos normales se les estudió la función renal incluido renograma isotópico hidratado, flujo plasmático renal, filtrado glomerular y balance de sodio y potasio en condiciones basales (dieta y actividad física normales y sin recibir medicación hipotensora o diurética por 14 días). A 12 de los hipertensos se les vuelve a estudiar después de administrárseles dietas hiposódicas e hipersódicás. Se comparan los resultados y se concluye que la similitud de los valores promedios encontrados entre los grupos de normotensos e hipertensos en las condiciones basales, con excepción del sodio en orina de 24 horas, fue muy superior en el grupo de hipertensos; que los pacientes hipertensos esenciales con natriuresis inferior a 100 mEq/día presentaron cifras promedios de TAM más elevadas que los pacientes con natriuresis normal o elevada; que hay un grupo de pacientes que son capaces de eliminar rápidamente la sobrecarga de sodio y otro grupo que lo elimina mal; y que la depleción de sodio fue útil en el control de la tensión arterial.
Jorge P. Alfonzo Guerra, Iván Suárez Almaida
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Hipertensión arterial maligna. Tratamiento por asociación medicamentosa y diálisisSe estudiaron 28 pacientes portadores de hipertensión arterial maligna remitidos al Instituto de Nefrología durante los años 1975 al 1977. No se hizo selección ya que se utilizó la totalidad de los pacientes, de quienes se tuvo criterio de la entidad desde el punto de vista hístico. El 78,5% de los pacientes eran del sexo masculino y el 21,43% del femenino. Los de la raza negra o mestiza (60,71%) predominaron sobre los de la blanca (39,29%). La edad fue de 39,64 ± 9,89 años y tuvo como promedio 4,49 ±3,13 años de historia conocida de hipertensión, y 6,10 ±5,58 meses de evolución la fase acelerada de ésta. Las cifras tensionales promedios fueron muy elevadas 231,11 ± 35,74 mm de Hg en sistólica y 143,7 ± 22,49 mm de Hg en diastólica. Se presentan los hallazgos clínicos más frecuentes. En el 89% de los pacientes la creatinina al ingreso fue superior a 9 mg %, y 11 de 28 fallecieron antes del tercer mes. Hubo necesidad de utilizar métodos dialíticos en el 75%, binefrectomía en el 17,8% y trasplante renal en el 21,4% de los pacientes, respectivamente. Al finalizar el estudio, la supervivencia global fue de 42,8%; la mitad de los casos correspondió a los pacientes que recibieron trasplante renal,15 con porcentaje de función a los 2 años de 73,67%, cifra ésta muy superior al promedio obtenido en aquellos del Instituto, a quienes se les realizó trasplante. La combinación terapéutica más efectiva se logró con propranolol (120 a 480 mg), alfametil- dopa (1 a 3 g), hidralazina (150- 400 mg) y furosemida (120-1 440 mg).
Jorge Pablo Alfonzo Guerra, Raúl Herrera Valdés
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José I. Castro Falcón, Arcadio Soto Escobar
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José A. Fernández Sacasas, José Díaz Novas, Nelson Rodríguez Mesa
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J. Mc Cook Martínez, S. Sollet Guilarte, L. López Maranges, J. Montalvo Diago, E. Zacca Peña
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Alteraciones de la lipemia y la hemostasia en pacientes arterioscleróticosSe plantea que es reconocido que la hipercolesterolemia, hipertriglicerldemla, diabetes mellitus e hlpercoagulabilidad son factores de riesgo para la arteriosclerosis. Se estudiaron 20 pacientes arterioscleróticos. 21 diabéticos-arterioscleróticos y 10 controles, mediante determinaciones sanguíneas de lípidos totales, colesterol, triglicéridos, fosfo- lípidos, electroforesis de lipoproteínas, tolerancia a la heparina, fibrinógeno, conteo de plaquetas, lisis de sangre total, lisis de euglobulinas y protrombina residual. Los resultados fueron: aumento significativo de la respuesta a la heparina, tipo III, en los pacientes diabéticos arterioscleróticos, según la clasificación hecha basada en la prueba de tolerancia a la heparina, con incidencia de hiperliproteinemia tipo lia del 20% y tipo IV del 33%, según la modificación hecha por la OMS a la clasificación de Fre- drickson. La respuesta de los arterioscleróticos a la heparina no difiere significativamente de la de los controles, ya que se encuentran, además, un 14% de hiperlipopro- teinemias tipo lia y 9,5% del tipo IIb. En general, los pacientes tuvieron un aumento significativo del colesterol, triglicéridos y lípidos totales, así como una disminución de la lisis de sangre total; no hubo correlación entre esta última y los parámetros lipídicos estudiados. Se concluye que los diabéticos-arterioescleróticos presentan mayores trastornos, tanto de la lipemia como de la hemostasia. Esta diferencia parece estar determinada por la diabetes, sobre la cual puede sustentarse la más elevada susceptibilidad de los diabéticos a la arteriosclerosis. Se justifica, además, un estudio más exhaustivo de los trastornos de la fibronólisis en esta afección vascular.
Reina C. Rodríguez, Sonia Sollet Guilarte, R. M. Romero, C. López Casañas
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Alicia Rivera Gómez, Mario Hierro Fuentes, Aleida Zaldo Sealy, Roberto Rodríguez Rodríguez, Oscar García Fernández
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Nelson Crespo Valdés, Sergio Amaro Méndez
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Manuel Licea Puig, Rubén S Padrón Duran, Rafael Pila Pérez, Santiago Hung Llamos
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Reporte de casos

Ernesto Lord Garnes, Joaquín Bueno Leza, Alberto Hernández Cañero
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